Entrenando

-Yo...Yo ya me retire...- Murmuró, retrocediendo denuevo algo asustado, con una mirada transparente que reflejaba soledad a cada instante.
-Tengo custodia con otra persona, yo... - El híbrido no quería hacerlo, realmente... Aunque el lugar en el que ubiese estado por toda su infancia ubiera sido de los peores, había gente que conocía durante años, traicion y violencia eran palabras que comunmente se podían percivir entre ellos, pero Konoe las ignoraba.

-N-No quiero!- Se negó, quitando su delgado brazo del fuerte agarre. Y retrocediendo un par de pasos.
-No- No tienen que remediar lo que no hisieron hace más de 7 años!- Le dijo, agachando su cabeza.

Realmente le impresionaba, no conosía aquel faceta del joven de cabellos grices lo cuál sus mejillas se tornaron de un color carmin, siendo perfectamente percivido por Konoe.
Bajó su cabeza, avergonzado asintiendo un par de veces contimidez.
-Está...bién...-

-Es... Es una mujer, pero creo que no se encuentra aquí...- Dijo mirando al joven.
-Ella es propietaria de varias distribuidoras y compañías de lavado de dinero, el circo solo es una fachada de su verdadera identidad, es dificil encontrarla, yo le he visto varias veces porque me encomendaba cosas, pero nunca pasó a más...- Suspiró, ahora dirijiendo sus orbes ahcia adelante.

-No...- Negó con la cabeza, mirando a la mujer que el señalaba.
-Ella soloa aprece encubierto cuando yo me encontraba en el circo, solo aparecía para informarme o castigarme si es que hacía algo malo. Yo era la apariencia del circo, y si no estoy... Ella tampoco lo estará- Le corrigió, regateando en sus bolsillos.

-N-Noo...- Susurró siendo empujado y visto inmediatamente por dos de los ''guardias'' los cuales anteriormente había reconocido. Agachó la cabeza junto con sus orejas, apretando los puños junto a su cuerpo con algo de nerviosismo.
-E...Ehh....- Balbuceaba, siento inmediatamente agarrado por los guardaespaldas de la mujer, y tal y como había visto Dante la mujer frente a la jaula vacía se posicionó frente al híbrido tomandolo de un brazo y empujandolo hacia adentro de la jaula con fuerza y fiereza.
-Q-Que se supone que tengo que hacer ahora...?- Pensó, mirando hacia el bosque en el que se encontraba Dante, al mismo tiempo asistentes ataban sus manos tras su espalda conunas esposas.
Recordó el encomendado. Luego de unos instantes otra mujer salió desde la multitud.
-A-Ann...- Murmuró, la mujer sonreía sínicamente, en ese instante konoe hiso una señal cn la mano, hacia el peligris.
-Estoy en custodia de otra persona! Él ya tiene los papeles, no puedes tratarme asi!... Ya no soy de tu propiedad!- Le gritó, sin obtener respuesta alguna

Se mantuvo cabizbajo, observando sorprendido las habilidades de Dante, algo que posiblemente, el joven nunca podría llegar a realizar.
Un montón de emociones se arrebatieron en su mente y corazón, al ver las personas con las que había convivido durante la mayor parte de su vida en el pisoy suplicando piedad en algunos casos.
-...- Entreabrió sus labios para responder algo, pero los cerro inmediatamente al considerar su comentario impulsivo y egoísta... Detrás de las rejas de la jaula y sus manos encerradas entre dos esposas sus orbes se mantenían bajas...

-Yo no soy así...- Susurró, levantando tímidamente su mirada hacia la mujer, la cuál se mantenía frunciendo el ceño y con un gesto desconsolado en el que no se percivía teatralidad. Dirigió sus orbes a Dante y durante algunos segundos se dedicó a pensar que decirle.
-A-Ann... Yo, relamente.... Le agradesco por haberme aceptado... pero creo que... Soportar más, no pude... Lo siento...- Suspiró desviando la mirada.

Antes de que el peliplata siguiera avanzando, este le cogió la mano, haciendolo girar, y en un movimiento imperceptible poniendose en puntillas le besó la mejilla, casi en la comisura de sus labios, con ternura.
-Gracias...- Murmuró dulcemente, sonriendo con alegría mal contenida.
-La promesa ya no importa, podemos vernos algún día no?- preguntó riendo infanti y suavemente. Mientras unas pequeñas lagrimas se aglomeraban en sus ojos, sin llegar a caer todavía.

Finalmente el chico dejó caer las lagrimas que retenía de singular manera. Las cuales rodaron por sus mejillas mientras el apollaba su cabeza en el pecho del peliplata. A pesar de todo lo que había ocurrido, sabía que él contenía una especie de poder demoniaco que había intentado matarlo un par de veces... Aún así no le temía y menos cuando le había ayudado.
-Gracias por todo...- Murmuró, restregando su mano libre contra sus ojos, sus orejas bajaban avergonzadas...

-Serían demaciadas molestias... Ya te hisiste cargo de lo que me afligió durante años- Negó con la cabeza, aún derramando lagrimas pero sonriendo sincera y transparentemente, su voz se notaba un poco apagada.
-Desde que comenzé a escaparme un hombre insistió en tomar mis papeles de pertenencia, aún así Ann insistía en tenerme, pero el me mantuvo alojado...- Se sentía extrañamente apegado a aquel joven... Pero poco a poco la debilidad lo consumía, demaciados sucesos por un día como para soportar todo.
-Claro... que debo darte las gracias... Es m-muy import...- Sin darse cuenta, sus piernas flaquearon, al igual que su cuerpo el cuál caía desfallecido hacia adelante. Cerrando sus ojos poco a poco hasta su cuerpo llegar al suelo.
Quizás sueño, cansancio o algo natural se podía percivir a simple vista... Pero las marcas o bien llamados ''tatuajes'' de sus manos eran las responsables de su cansancio... Aquel día no había estado muy ''pacífico''...

Tomo al chico entre sus brazos cuando este se desvabnecio delante de el, lo levanto de los pies dejando todo su cuerpo sobre las manos de si, comenzo a correr hasta llegar a los arbustos y comenzo a saltar de arbol en arbol para avanzar mas rapido, diriguiendose al hotel para acostarlo

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