Clases de Musica ( libre para todos)

* La sala de la cabaña era la parte mas grande, por lo que una mesa de roble fino pequeña y algunas sillas y un sofá llenaban el espacio, el faltante era para los instrumentos. Una esquina solitaria, pronto mandaria atraer un piano allí. El resto de la casa era silenciosa y fria, el modernismo minimalista lo ocupaba todo, frivolo, sins abor. La tipica casa de una dulto. La acogedora forma de la cabaña hacia juego con varia spinturas en la sparedes colgadas. Miró, Picasso, Renoir, MiguelAngel, Rafaello.Habia dos habitaciones cuyas camas estaban cubiertas de una sorbia cubrecama color negra y sabanas blanca,sin detalles, solo lámparas de baja luz. Al sr. Angra no le gustaban las luces estridentes en los cuartos.

La cocina insípida tenia instrumentos basicos de cocina peor noe r amuy sofisticada, no contaba con amplitud, asi todo seria artesanalmente ccinado. Compro comida instantanea por las dudas. Llenando las lacenas de madera caoba.

El porsche era cerrado, aunque no guardaba ningun veículo. Allí estaban atriles viejos y bastidores sin usar, maderas y bases de guitarra para lijar y barnizar. Otras cajas mas de cosas que no habia desempacado aún.*

* La sala estaba lista y la puerta abierta ante el llamado de un cascabel en la entrada, avisando sobre la llegada de los alumnos*

No era su forma de ser hacer amigos, más que nada porque nunca habría confianza mútua, puesto que la doble vida que llevaba le impedía confiar a nadie su secreto. El pasado le había marcado para siempre, pero el presente seguía recordándole lo que era. Sin embargo, aquél músico le había llamado la atención, parecía un buen hombre, nada comparado con los tipos de los que siempre había estado rodeado.

Así que llegó a la tienda algo tímido, abriendo la puerta y asomando la cabeza mordiéndose el labio. Miró el interior, preciosamente adornado, y cuando terminó de abrir la puerta para entrar, sonó una campanita, sorprendiéndole.

* Angra aparecio con su cabello recogido y sus pantalones finos, su cmaisa de seda blanca arremangada. Su sorpresa era evidente ay que se consideraba desprolijamente presentable*
- Joven Armand!, disculpe el desorden, buenas tardes- * Caminó ansioso a saludarlo, besando sus manos*
-

Sonrojado por el recibimiento efusivo y por la presencia de aquél hombre, seductor innato, sonrió tímido, con los enormes ojos fijos en el mayor.

-Buenas tardes. - Saludó. - Y no se preocupe, este sitio se ve precioso así... - pasa una mano por encima del sofá pero sin tocarlo. Le gustaba ese tipo de decoración. - Siento si me presento en mal momento...

Tiefef wässer, nos tierr..- * susurraba en aleman ordenando un poco* No, para nada. Llega en el momento jsuto, es solo que. Hace años que no enseñaba y no sabia ni donde habia dejado las cosas. Soy un desastre. Sientese por favor, gusta algo de tomar?- * Ató su cabello con algo que ni el sabia y ordeno las partituras, pudiendo atenderle al fin*

Sonríe divertido al verle ordenando tan apresurado. Toma asiento en el sofá, con las manos en el regazo y mirando cómo ordena las partituras.

-Un té estaría bien, si no es mucha molestia... - susurra timido.

Mientras el hombre sigue ordenando, se da cuenta de un papel bajo el sofá, asomando una punta. Lo coge y lee el título de la partitura. "Claro de Luna". Una triste sonrisa asoma en sus labios al traerle viejos recuerdos, de cuando aún era inocente y confiado.

- Enseguida le traeré. Ha, esa Partitura, puede quedarsela si..* nota su expresion triste* puede quedarsela, aunque esta levemente modificada ^^ * salio a preparar el té*

Alza la cabeza al verse descubierto con la partitura y cambia la sonrisa por otra más normal.

-Me sé esta composición de memoria pero... modificada? - Miró las notas, resiguiéndolas y dándose cuenta que, en efecto, había algunos cambios. - La modificó usted?

- El chello es bellisimo, peor complica la vida jaja. Tuve que hacerlo para poder enseñarla, no me gustaria que los estudiantes se perdiesen tan bella obra- * Decia en voz alta desde la cocina, llevando el té con una servilleta, una cuchara y terrones de azucar*

- Pero bueno, despues del té, a lo que nos compete- * Advirtió ahora con una polera negra y el pelo arreglado, se habia cambiado de manera rapida en el inerin en que hervia el té*

-No conozco mucho ese instrumento, sólo toco el piano... - susurra dejando la partitura y tomando la taza con ambas manos. - Gracias.

Se fijó de reojo en las ropas del mayor, lucía elegante con ellas, como si no necesitara de ropa cara para verse perfecto. Volvió la vista a sus propias manos.

-Tal vez algún día yo pueda acompañarle con el piano mientras toca el cello. - Susurra tímido por proponerlo.

- Cierto que usted tocaba piano! dios, lo habia olvidado!. He dejado la cabeza en otro lado- Dijo golpeandose la frente, en verdad, en el fondo, necesitaba unos finos lentes. pero su orgullo se lo negaba.*

- Por su puesto, pero temo que por ahora solo cuento con mi viejo piano blanco que esta alla-* Señala una cosa tapada con un manto blanco. Oculta y disimulada con un florero de cristal sin flores ( que gracia) y acomodado d emanera que no aprecia que iba aser usado*
- Tiene mas años que yo, pero el viejo Kalvier anda aún, solo que su aspecto desgastado em da vergüenza-

Vuelve a reír suave. Lo hacía inconscientemente, era la primera vez que reía porque realmente le salía así de dentro. Mira hacia donde le señala, levantándose por acto reflejo y acercándose.

-Nunca diga eso. - Dice lleno de energía. Amaba los pianos, eran lo único que le hacía seguir adelante. - Cuánto más años, mayor valor sentimental tiene...

Pasa las yemas de los dedos por encima de la tela que cubre el instrumento, mordiéndose el labio inferior. Mira a los ojos a Angra con rostro emocionado y algo infantil.

-Podría... verlo, por favor?

- Ho, esta bien- * Se levanto y saco suavemente las cosas.*
* Era un modelo viejo, de marfil y algunas cicatrices de largas generaciones. decia "Klavier" en un costado. Estaba limpio y las cuerdas, aunque algo viejas, habian aguantado el viaje con la afinacion justa, gracias a sus años de batalla*

- Mr. Kalvier, le presento al joven Armand ^^- *una leve reverencia, era de esas personas que creian que los isntrumentos, aveces, cobran vida propia*

Apenas prestó atención a las palabras del mayor. Se quedó completamente maravillado, como hipnotizado por lo que tenía delante. Igual que antes, pasó las yemas de los dedos por sobre la madera y las teclas, pero sin que hubiera contacto, simplemente tratando de notar las vibraciones.

-Es... precioso... - susurró mirando aún el pieno. Acercó la cabeza a la caja, tocando una tecla. - Y suena perfecto.

Se puso de nuev recto, mirando a Angra. - Se nota que ama la música, ha tratado con mucho cariño este piano...

- Tenga cuidado, a Mr. Klavier le desagradan que le digan viejo. * Mira de reojo al piano* Creo que tiene algo contra mí, casi me quiebra los dedos una vez.

-Pero creo que usted le agrada, ha entonado perfecto a su roce.- * Sonrio pensativo* Tal vez usted sea el indicado para tocarlo, nadie despeus de mi difunta madre ha podido. Quiere hacer el intento?-

-Tocarlo?! - Exclama sorprendido y emocionado a la vez. - Sería un grandísimo honor pero... no creo que esté a la altura del... Sr. Klavier. - Sonríe tímido. - Su difunta madre, en paz descanse, debía tocar maravillosamente para dominar un piano así...

- Ella vivia para la musica, y para nada mas ,en esa época yo no era muy amante de la musica, pero mi madre logró conquistarme, dome cada isntrumento que tuve, pero el Sr. klavier odia alos viejos arrogantes, jamas pude ejecutar una pieza completa.. Y nos preocupe, usted seguro le agradará al Sr. Klavier, es un instrumento sabio. Haga el honorr*reverencia*

Sonríe al escuchar sobre la madre de Angra, sentándose en el taburete con los ojos cerrados, respirando lentamente. Tras un par de suspiros más, alza las manos y las coloca sobre las teclas.

-Espero no decepcionarte. - Lo dice tanto para Angra como para el piano, y finalmente cierra los ojos de nuevo y empieza a tocar.

Claro de Luna, su canción, su vía de escape. La aprendió cuando fue vendido a aquél hombre rico, y aunque se llevó muchos castigos físicos por tocar el piano de la casa sin permiso, no podía dejar de hacerlo. Por mucho dolor que sintiera, las teclas lo borraban todo.

Terminó de tocar, sin darse cuenta que siempre que lo hacía mecía su cuerpo para seguir la fuerza de cada nota.

Alzó la cabeza sonrojado, sonriendo.

-Ha sido... maravilloso. - Con el rostro iluminado.

* Le sonrio calidamente*- Al fin, su cara se ha iluminado. la ha ejecutado perfectamente, y al Sr. Klavier le ha encantado. * Le trajo la taza de té* Puedes tocar en él todas las piezas que quieras, es absolutamente tuyo.* al piano* Escuchaste? mañana me tareran un piano nuevo, uno inglés, y tu quedarás sólo para Armand-

Sonríe, ciertamente aquél hombre había conseguido que sonriera de verdad y se emocionara por algo.

-Entonces, creo que vendré a visitarle a menudo... - sonríe encantador, con cierto tono travieso.

- Como desee, solo que antes le dejaré mi telefono, asi me avisa y no me encuentra en un desorden como hoy- *Rie suave* Y si no encuentra a nadie puede pasar igual, no creo que quiera robarse nada, o si?- *sonrio bromeando, no pdoia dejar de decir estupidez tras otra frente a Armand*

Niega rápidamente con la cabeza. - Nunca entraría si no me da su permiso.

También se llevó castigos por eso.

-Pero no quisiera ser una molestia para usted...

- Usted no es molestia Armand, no diga eso. Es una bendicion, esta destinado a seguir junto a Klavier y a inspirarme.-* Le sonrio* Puede venir a distensar sus penas en Klavier, él jamas cuenta nada *le guiño un ojo*

-Vaya, en ese caso debe conocer muchos secretos... - sonríe travieso. - Tal vez si me hago muy amigo suyo - refiriéndose al piano - me cuente algunos de usted...

Cubre el piano de nuevo, evitando la mirada de Angra, puesto que se siente avergonzado de que con simples palabras le haga sonrojar tan deprisa.

- haa, ni se te ocurra viejo- *le advirtio al piano, llendo a buscar su estuche de chello. Miro al joven Armand*
Armand, es usted una exelente persona, un ser inigualable, el viejo Klavier es sagrado testigo
*
le sonrio* No lo olvide jamás, ni de dia *saca el chello* ni de noche-

Se pone en pie al lado de Angra, sonriendo triste. - No creo que sea tan buena persona... No me conoce del todo...

Se aleja un poco, acercándose a la taza de té para terminársela, escondiendo así su expresión triste.

* Tomo su mano despacio besandola y buscando sus ojos* Yo sé que sí, pero puede mostrarme , lo que usted quiera mostrarme, y estará bien para mi- Espero algun dia mee ntienda, que desde que ha entrado por esa puerta usted es lo que es en esencia, y con eso es suficiente, y si e ssuficiente para Klavier, entonces puedo confiar en usted

-Tal vez no debería confiar tanto en mí... - se queda unos segundos callado, para luego menear la cabeza y volver a sonreír, aunque sólo sea para no preocupar a Angra.

-Entonces, va a darme alguna clase? Deberá decirme qué tengo que darle ^^

* Volviendo a tierra*- Bueno, para serle sincero, no he traducido las letras, pero, he visto que usted toca magistralmente, aunque puede perfeccionar ese derroche de talento que tiene en sus manos ^^-
* Se acomodó junto al piano* Ejectará usted Claro de Luna, como la conozca, yo buscaré las ntoas con el chello para ver por donde anda su registro, y así podré saber qué partiruras darle ^^-

- No sea timido, golpee las tecla,s si se equivoca no importa siga hasta el final- * preparó la vara sobre las cuerdas del chello*

-Pero el cello y el piano son muy distintos. - Se sienta en la silla mirando el instrumento con respeto. - Cuerdas y teclas... tan distintas y pueden sonar la misma melodía...

-En serio, no sé ni dónde empezar a poner los dedos... - dice tímido, sin darse cuenta del doble sentido que puede tomarse esa frase.

* ríe negando con la cabeza* Ay joven Armand, ignora usted que el pianoy el chello son instrumentos de cuerda, primos, en efecto. Si una nota esta corrrecta, al unisno, sea el instrumento que la haga sonar, se escuchará un solo vibrar, pero soolo sie sta correcta, usted verá.
Y empiece por donde le parezca, yo lo seguiré-

-Está bien. Allá voy...

Vuelve a hacer su ritual de cerrar los ojos y respirar, y empieza a tocar de nuevo el Claro de Luna, esperando poder escuchar al fin a Angra tocar.

* Graves, bajos, tristes notas de una profundidad icnreible, podia reemplazar las aguzas con un juego de ntoas bajas que penetraba el alma. Angra comenzo a tocar, pero no podia hacerlo suave, presiono la vara contra las cuerdas y un lamento hondo saliod el chelo, le costó encontrar el registro de Armand porque era uno muy particular, sin lugar a dudas.
Comenzo a moverse a su ritmo, suave pero firme, notas arrastradas que hacian la melodia. Esa vibracion unisona se escuchaba , salvo en dos o tres errores que eran facilmente corregibles.

El chello practicamente corria hacia el piano que hablaba por si solo. Klavier estaba expresando un dolor omnipotente.

Angra tuvo que compenetrarse mas y exigirle al chello su verdadero cantar, jugando con las cuerdas y manteniendo es aunisonidad casi perfecta.*

Podía escuchar el cello perfectamente, acompasado a sus notas. Por un momento se olvidó de que él también estaba tocando, pero sus dedos siguieron moviéndose por pura inercia. Sin darse cuenta, empezaron a caerle lágrimas, y aunque notaba el sabor salado en los labios, no se preguntó de dónde salía. Simplemente se perdía en el sonido del cello, llevándole a unos días que hacía mucho tiempo que pasaron.

La composición se acercaba a su fin, y cada vez parecía que tocara más rápido seguido de impulsos.

* La mano suave se apoyo en la del joven. El chello habia terminado y Angra le miraba*
- Armand, es suficiente..- * Tomo su mano proecupado*- Esta bien?-

Abrió los ojos sorprendido por el contacto, apartándose inmediatamente. Por un momento se le juntó el recuerdo de aquél hombre que le compró, con el contacto físico de Angra. Le miró por unos instantes sin saber qué hacía allí, hasta que bajó la cabeza, suspirando y dibujando una sonrisa débil.

-Perdóneme, no sé qué me ocurrió... - se disculpa, respirando calmado. - Tal vez no haré más que traerle problemas, sería mejor que me fuera... - susurra volteándose.

* Volvio a invitarle a que tomara sus manos. extendiendo sus palmas. Los años de domar bestias le habian enseñado que la mejor forma de acercarse a un alma herida era entregando la propia*

- No se preocupe. Tenía reservadas unas partituras que eran de las clases quer tomaba mi madre, tenia un estilo algo parecido al suyo. Serán todo un desafio pero si se atreve a practicarlas, pero si logra aprender bien me sentiré orgulloso y sabré que habré triunfado como profesor. Que dice? *aun con sus manos tendidas* Se anima a conocerlas?-

Se sentía verdaderamente estúpido con esa actitud. Así que suspiró profundo, con los ojos cerrados, y al volver a abrirlos volvía a llevar la máscara puesta. Sonrió amable, separando las manos y mirando al hombre.

-Estaré encantado de ver esas partituras.

- Enseguida vengo- * Salio a buscar las cosas, entrando a una de las habitaciones. Habia una gran almohada de perro y una cama al parecer armada, aunque no era el cuarto principal. Las cajas aún se amontonaban prolijamente y de una de ellas buscaba las partituras. Entre papeles y demases instrumentos y respuestos estaban tapados algunos cuadros misteriosos de origen desconocido, epro cuyo brillo a distancia los delataba como oleos.*
- Ya las escontré. Hoy emepzará por aprender Liszt en notas agudas. Será solo la priemra aprte, la segunda será la clase proxima, es muy complicada. Pero sé que podrá-

Se sienta en el sofá, apoyando la cabeza en el respaldo, mirando el techo, mientras el otro buscaba las partituras.

-De todos modos, sé tocar el piano... creí que me enseñaría a tocar el cello... - susurra mordiéndose el labio con rostro ausente.

( pero dijiste que querias tocar piano -.- me confundes)

( por eso al principio dije de tocar chello,y mme respondiste piano -.-)


CORRECCIÓN ( ya no puedo editar)



- Primero lo primero- * Vuelve observandolo tiernamente. Tenia un chello en la mano y las partituras. Apoya el instruemnto junto a Armand*

- Usted tome el chello así- *Le muestra como lo habia hecho anteriormente*- Y haga sonar las cuerdas tirandolas. Memorice cada sonido d ela cuerda sin presion-

(no pasa nada, perdona el embrollo ^^)

Cogió el cello como le decía, dejándolo entre sus piernas, y pinzando las cuerdas como le había enseñado. Lo repitió varias veces para quedarse en la mente el sonido de cada una, mirando luego al hombre.

-Creo que ya lo tengo esto... - susurra con una sonrisa.

* Le sonrio amable* Muy bien mi bello alumno, a eso le llamo eficiencia. Ahora aqui estan las notas *le enseña una partitura basica*

- Le nombraré la nota y la tocaré, usted repetira despues de mi. Con la mitad de palma izquierda usted sostendra el mastil de Chello y con los dedos hará presion en las cuerdas tal y como yo lo hago. La vara, decide la intensidad de la nota, si usted roza, sera suave, si presiona, será fuerte. Intente, pruebe la vara y lo verá-

Asintió mordiéndose el labio, esperando no hacer el ridículo. Probó lo que le había dicho Angra, primero suave y luego fuerte. Sonó algo desafinado, seguramente no hizo presión suficiente con los dedos o el arco se movió desequilibrado. Volvió a probarlo hasta que le salió medianamente bien.

-Así? - Preguntó tímido.

* Horrible, pero no importa, bastante cuerpo tenia la nota para ser la primera vez* Intente dos o tres veces cada una hasta que se sienta en confianza con el chello. Tiene una hora de practica ^^ * Le sonrio levantandose hacia la cocina* Usted puede Armand, no tenga miedo, el chello es ahora parte de su cuerpo, le escucharé perfectamente mientars em muevo
* Miro la hora y veia que se hacia muy tarde, esperaria una hora hasta que Armand hiciese su primer avance y asi finalizaria la clase, aunque estaba preocupado por el oscuro camino que debia recorrer*

Asintió no muy convencido, esperando no molestarle, y siguió practicando. Siguió tocando horrible media hora, pero poco a poco fue avanzando, y aunque no tocaba nada, al menos sonaba armonioso. Eso sí, era tan distinto al piano que le costaría habituarse a aquél nuevo instrumento, pero eso le ayudaría a distraerse de su vida.

* Se preparó un café y demas cosas. En la ultima media hora Armand pudo finalmente hacer la escala bastante bien. Sonreia enternecido de escucharlo y ver su rostro. El tiempo pasó volando por disfrutar d ela compañia de tan bella criatura*

- Lo hizo muy bien hoy Armand ^^- Le sonrio felicitandolo-

Se ruborizó ante el cumplido, no estaba acostumbrado a que la gente alabara algo de él. Lo cierto es que ni siquiera estaba acostumbrado a que le trataran bien y con caballerosidad.

-Gracias... - susurró suave, mirando sus dedos con las mejillas aún teñidas. - Pero llámeme Armand simplemente... soy más joven que usted...

- No quería intimidarte con el tuteo, pero como quieras, Armand. Hoy lo ha echo bien, quedese con las partituras *miro la hora* Se ha hecho tarde, le gustaria...te gustaria quedarte a cenar? ^^-

Sonrió al ver que ya le tuteaba, se le hacía más cómodo.

-Sería un placer demo... ¿no será una molestia? Un hombre como usted debe tener muchos... amantes... - baja la cabeza avergonzado.